SITUACION DIFICIL QUE A VIVIDO LA SPA DE MEDELLIN, COLOMBIA

El ingreso de 667 perros y gatos, la aplicación de la eutanasia a 492 animales provenientes de las calles en precarias condiciones de salud, la esterilización de de 68 caninos y felinos durante el pasado mes de junio en el albergue de la Sociedad Protectora de Animales y los últimos hechos sucedidos con ataques de perros Pitbull con secuelas irreversibles para las personas involucradas, además de las imágenes transmitidas por la televisión sobre la matanza de perros a palazos en el mal llamado Centro de Zoonosis en Bogotá, nos colocan en una difícil situación que nadie alcanza a imaginar en su enorme magnitud. Y no estoy relacionando las consultas, cirugías, vacunas, entierros, casos dramáticos, asesorías a la comunidad, atención a funcionarios oficiales, como tampoco la significativa cantidad de perros recogidos en la Plaza Minorista, la atención de casos en los corregimientos, y hasta de otros municipios del departamento. Ni estoy mencionando los centenares de perros y gatos que sobreviven en el reducido espacio del albergue. Ni las dificultades para recogerlos, atenderlos y alimentarlos.
El que una entidad particular con todas las limitaciones imaginables tenga que atender las necesidades generadas por una población que desborda incluso los límites del Área Metropolitana, debería hacer pensar a los entes públicos que la situación amerita un tratamiento más allá de las precarias condiciones de lo que puede hacer una institución privada como lo es la Sociedad Protectora se Animales.

Por Aníbal Vallejo Rendón, Presidente Sociedad Protectora de Animales de Medellín-Colombia. EL MUNDO