TRASTORNO DE PÁNICO EN CANINOS Y FELINOS CAUSADOS POR PÓLVORA Y OTROS RUIDOS
Los animales ansiosos o fóbicos demuestran características similares a las que se reconocen en los ataques de pánico en humanos.
Un ataque de pánico requiere de un discreto período de miedo o molestia intensa (ruidos fuertes, o de explosiones lejanas provocados por pirotecnia, tormentas, etc.): durante el cual desarrollan de modo abrupto cuatro o más de los siguientes síntomas.
Palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad, pérdida del control, miedo a morir.
Estas alteraciones provocan en la conducta animal intentos de escapar descontroladamente, incentivado por el estado de pánico, durante varios minutos y en los casos severos varían desde 1 a varias horas, dependiendo el tiempo que dure el estímulo provocado por el ruido (fiestas de navidad y fin de año).
Las reacciones suaves o de baja intensidad incluyen deambulación, temblor, encogimiento, inapetencia, intenso deseo de ingerir agua, deseo de estar en permanente contacto con el propietario.
Las reacciones más graves o de alta intensidad provocan gemidos, intensa salivación o babeo, jadeos prolongados y muy fuertes, eliminación y / o retención de heces u orina, correr en forma descontrolada sin rumbo (escape frenético), que en muchas ocasiones incluyen arañado o masticar barreras (fractura de dientes) y saltar a través de ventanas vidriados o alambrados, provocándose heridas de suma gravedad.
Los animales ansiosos o fóbicos demuestran características similares a las que se reconocen en los ataques de pánico en humanos.
Un ataque de pánico requiere de un discreto período de miedo o molestia intensa (ruidos fuertes, o de explosiones lejanas provocados por pirotecnia, tormentas, etc.): durante el cual desarrollan de modo abrupto cuatro o más de los siguientes síntomas.
Palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, falta de aire, náuseas, aturdimiento, sensación de irrealidad, pérdida del control, miedo a morir.
Estas alteraciones provocan en la conducta animal intentos de escapar descontroladamente, incentivado por el estado de pánico, durante varios minutos y en los casos severos varían desde 1 a varias horas, dependiendo el tiempo que dure el estímulo provocado por el ruido (fiestas de navidad y fin de año).
Las reacciones suaves o de baja intensidad incluyen deambulación, temblor, encogimiento, inapetencia, intenso deseo de ingerir agua, deseo de estar en permanente contacto con el propietario.
Las reacciones más graves o de alta intensidad provocan gemidos, intensa salivación o babeo, jadeos prolongados y muy fuertes, eliminación y / o retención de heces u orina, correr en forma descontrolada sin rumbo (escape frenético), que en muchas ocasiones incluyen arañado o masticar barreras (fractura de dientes) y saltar a través de ventanas vidriados o alambrados, provocándose heridas de suma gravedad.
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